¿Sabías que el género dramático es un legado de la antigua Grecia?
El término drama proviene del idioma griego y significa “hacer” o “actuar”
El género dramático tuvo su origen en Grecia. Al inicio, las representaciones teatrales estaban relacionadas con el culto a Dioniso, dios del vino y la alegría, y poseían por lo tanto un carácter sagrado. Dichas representaciones consistían en himnos dedicados a esa deidad o divinidad. Más tarde, fueron introduciéndose cambios a los cantos; de esta forma surge el género dramático propiamente dicho. Los dramaturgos griegos más importantes fueron: Tespis (que fue el primero en sacar a un integrante del coro para crear un diálogo), a este lo llamó protagonista, luego Esquilo saca a otro integrante del coro y lo pone a dialogar con el corifeo (jefe del coro) a este lo llamó deuteragonista, y por último Sófocles introduce al tercer actor (triagonista), introduce también el decorado y aumenta los coreutas (demás integrantes del coro).
De la Antigua Grecia la obra dramática pasa a Roma, donde los autores más destacados fueron: Terencio, Séneca y Plauto. Durante el primer período de la Edad Media el género dramático se extinguió, y se olvidaron por completo las obras griegas. Alrededor de los siglos XI y XII los europeos reinventaron el teatro, y surgieron comedias escritas en latín, que eran representadas en monasterios, cortes y universidades. No era un teatro para el pueblo. Este surgió en las iglesias y consistió en la dramatización de ciertas escenas del Evangelio. Dichas representaciones, escritas en lengua vulgar, se llevaban a cabo principalmente en las tres fiestas más importantes de la liturgia: Navidad, Epifanía y Resurrección.
La primera obra teatral escrita completamente en castellano fue el Auto de los Reyes Magos. Se conserva incompleta (142 versos); falta la parte final, que debía mostrar la adoración de los reyes al Niño Jesús. Esta representación se escribió a fines del siglo XII o principios del XIII y, como todas las de su tiempo, es anónima.